domingo, 16 de septiembre de 2007



VOCES DE CUZCATLÁN

Hace algún tiempo, mientras disfrutaba de mis vacaciones, decidí escaparme de la bulliciosa ciudad. Las posibilidades de conocer mi tierra eran tantas, que mientras pensaba que lugar iba a escoger recordé aquel poema de Alfredo Espino:

¡Dos alas!... ¿Quién tuviera dos alas para el vuelo?
esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido.
Desde aquí veo el mar, tan azul, tan dormido,
que si no fuera un mar, ¡Bien sería otro cielo!...

La idea surgió espontáneamente y decidí irme a las tierras altas de El Salvador. La imponencia del paisaje me maravilló de tal forma que sólo pude buscar un lugar solitario y OBSERVAR.
De pronto escuché que alguien se acercaba. Cual fue mi sorpresa al oír una conversación muy animada entre un lugareño y su amigo visitante. Escondida desde donde estaba, noté que la conversación iba más o menos así:
- Que bonito su país, tan lleno de contrastes, con una belleza exquisita
- Si verdad, aunque hace mucho calor, pero gracias de todas formas
- Cuénteme un poco más de ésta tierra, he escuchado de sus poetas y algunos escritores, también de sus guerras, pero no sé nada más. ¡¡Hábleme más sobre su país por favor!!
- Ahhh pues mire las playas son bonitas, y como es “chiquito” todo está cerca, pero mire ¿Ya probó las pupusas? Las de fríjol con queso son bien ricas…


… Y entre risas irónicas me quedé otra vez sola. Me pareció una vergüenza que un extranjero conociera más del país que un propio salvadoreño. Y es tan cierto! No sabemos nada! Ni personajes, ni héroes, ni las pocas costumbres, ni siquiera los nombres de los pueblos. Nada.
Entonces me decidí a hablar de algo mucho más profundo, que está frente a nosotros pero que casi nunca queremos ver.
Hablaré de Cuzcatlán.
¿Por qué hablar de Cuzcatlán y no de Política, o de la pobreza en el país, de lo cara que está la vida, de que no hay medicina en el Seguro Social, de lo mal que juega la Selección de Fútbol, de que “la Britney” está cada vez más fea y otros temas con los diariamente los medios nos saturan?
¿Por qué no hablar de las guerras en el mundo o simplemente de algo más razonable que…”Cuzcatlán”?
Precisamente porque nadie habla de eso, porque ahora los hombres cultos hablan de la realidad, de política, de economía, del petróleo, de fútbol…pero ya no hablan del terruño, ni de los sueños, y jamás sobre la belleza, hasta parecen enorgullecerse de temerle a la inspiración de las musas y sólo hablan de datos, de cifras, de tecnología.
Quiero hablar de Cuzcatlán porque todavía quedan ojos diáfanos capaces de admirarse de un atardecer, todavía existen los “soñadores sin nombre” como los llamaba Salarrué…todavía en algún lugar alguien ve a las estrellas y se maravilla de la eternidad.
Cuzcatlán, musa inspiradora de casi todos los artistas de nuestro país, bajo su protección se escribieron las más bellas obras, y sus autores como pequeños cristales se enorgullecían en dejar pasar su inagotable luz.
Serafín Quiteño dijo una vez “Para mí Cuzcatlán es mucho más que el pulgarcito de América. Que el valle de las hamacas y tantas definiciones que los hombres prácticos puedan dar. Para mí es el alma de un pueblo y nos habla desde los ojos tristes del indio cuya ternura rota aún no hemos podido sentir. Está en las playas que arden, en los ojos de agua que lloran. Se ha quedado en los pueblos esperando nuestro retorno. Y está en nosotros cada vez que tenemos el valor de ser sinceros y enseñarnos tal como somos”.
¿Muy poético?….si, pero no duro y cruel como lo que hoy se escucha de nuestra tierra, que este país sub desarrollado, que no hay futuro para nadie…
Tiene mucho de cierto….pero ¿Cuando ha sido diferente? Y a pesar de eso, nuestros Maestros hablaban de sus bellezas, de sus virtudes…..

Nos sorprenden tanto las cosas de afuera que no podemos apreciar los tesoros que tenemos al lado.
Me pregunto por qué maravillarnos ante filósofos, héroes y dramaturgos internacionales, si aquí en este pequeño lugar, existieron grandes personajes, como Don Alberto Masferrer, Francisco Gavidia, Salarrué, la señora Carmen Brannon (Claudia Lars), la investigadora y compositora María de Baratta; el Sr. Raúl Contreras, Miguel Ángel Espino, Francisco Miranda Ruano, Alfredo Espino, el investigador Jorge Lardé, el músico David Granadino y sus preciosos valses, la bailarina Morena Celarié, artistas plásticos como Don Camilo Minero y Don Carlos Cañas, héroes como el General Cabañas o Anastasio Aquino, por mencionar algunos y dar una muestra de nuestro tesoro.
Salarrué escribió una vez en su “Respuesta a los patriotas” (una carta escrita luego de la matanza del ‘32 y, como el título lo dice, en una respuesta a las críticas hechas al autor por su falta de “seriedad” y “patriotismo” al no hacer ningún comentario) en la cual leí una frase que me heló la sangre… “Si la tierra de Cuscatlán se alzara un día personificada llamando a sus hijos, a mí, de los primeros me reconocería y no a los políticos y a los istas de esta cosa llamada patria. El Salvador y demás zarandejas que simbolizan con banderas y escudos y que señalan con fronteras imaginarias”.
Me pareció alarmante que luego de casi 75 años de haberse publicado esta carta esté tan vigente, hay que reflexionar sobre lo nuestro, sobre lo que nos pertenece, hay que recobrar la identidad perdida, si no seremos salvadoreños por las pupusas, por el mal uso de la “j”, por despistados, por gritar a todo pulmón el himno nacional en los estadios de fútbol; y no por ser dueños de una valentía ante la adversidad, por la generosidad, por ser tan calurosos como el mismo clima, y por ser dueños de una herencia cultural muy pocas veces repetida en otros países .
No nos avergoncemos de lo nuestro que ni siquiera conocemos, quien sabe que encontremos respuestas que buscamos.
Aprendamos a descifrar las voces de Cuzcatlán que no han desaparecido, están dentro de nosotros, gritan para que no las olvidemos, para que recordemos que somos hijos suyos y no huérfanos como nos lo han hecho creer. Tenemos un linaje de héroes y maestros que lucharon por ideales y los defendieron con mucho orgullo, por qué no tomar su ejemplo y emprender ésta lucha quijotesca contra la ignorancia, el egoísmo, el consumismo y demás pestes que nos envejecen el alma. Está solamente en nosotros cambiar de actitud y purificar nuestros sentidos, quien sabe, talvez está en nosotros reescribir la historia.


“El único deber que tenemos con la historia es rescribirla” Oscar Wilde

4 comentarios:

Unknown dijo...

Creo que tiene toda la razón en lo que dice, hoy ya no hablamos de nuestras raices, de lo que somos..preferimos hablar de todo aquello que nos afecta exteriormente y que sabemos que es temporal, pero no queremos admitirlo. Si el ser humano cambiara la visión de como ve las cosas, ni el petroleo, ni las guerras, ni si la britney bailo mal, etc. nos afectaria......publique la Respuesta de Salarrue a los "patriotas"...para que los que no la han leido sepan que es tener un verdadero sentido de Patria y para que sepan porquer ahora recordamos más a Salarrue que ha esos "padres de la patria" de esa época.

Anónimo dijo...

Recuerdo como me conmovió este discurso la primera vez que te lo escuché a viva voz. Estábamos en la escuela, viviendo la música como solo nosotras la podemos vivir (o por lo menos así creíamos entonces). En medio de nuestra "soledad" nos inspirábamos en los grandes de nuestra tierra y soñamos con escribir 2 o quizá 3 palabritas en el gran libro de nuestra historia.
Vivimos en tierras de príncipes dormidos; de sabios silenciosos; de héroes anónimos... Qué triste es vivir en la ignorancia! Que bello es tener la oportunidad de se parte de Cuscatlán!
Pd.: Por favor menciona a don Alvaro, a Cubichec, a Mangoré y a otros que son grandes también. Hijos meritísimos de la tierra verdiazul donde vivimos. No olvides al otro tipo de Quijotes soñadores que son parte de nosotros.

despertar del alma dijo...

La verdad, no hay nada más valioso que el terruño, nos decimos salvadoreños, pero no conocemos Suchitoto, sin irnos muy lejos.
Nos hemos olvidado de quienes somos, nos hemos olvidado de nuestros sueños, que han sido sueños de los grandes que nos antecedieron, realmente debemos seguir su ejemplo.
Como maestra, tengo que estudiar mucho y cultivarme siempre, pero las obras plasmadas de nuestra gente no la olvido, es lo primero que tengo presente, porque ellos formaron el pilar de este mundo nuevo que queremos forjar, entonces empecemos a seguir sus pasos.

Anónimo dijo...

Esta demas decir que amamos cada palmo de suelo que pisamos de esta magica tierra llamada Cuzcatlan, de esto que es terruño solido y que tiene el alma viva para que aquellos que quieran la vean cantar y bailar la musica de las musas que inspiran a los que vivimos de la belleza...